Centro Holística Hayden

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14 de agosto de 2011

El Centro del Corazón.


Luna Llena de Leo 2011
Signos de Transformación

En su aspecto superior, el signo de fuego de Leo rige el centro del corazón, el asiento de Naturaleza Amor. Se dice que los individuos Leo son esencialmente nobles, francos y amables. Desde el corazón, desarrollamos una comprensión amorosa para ser capaces de incluir a otros y verter amor hacia nuestros prójimos. Es por ello que el tema de este mes es "Signos de Transformación: El Centro del Corazón."

Los Siete Centros

Existen siete centros etéricos a lo largo de la columna vertebral. Éstos son vórtices de energía que conducen los siete planos de conciencia. Ellos no son conocidos para la ciencia Occidental; la ciencia Oriental del yoga los conoce como conciencia física en el centro de la base, Muladhara; conciencia emocional en el centro del bazo, Swadhistana; conciencia mental en el plexo wolar, Manipuraka; conciencia buddhica en el centro cardíaco, Anahata; conciencia etérica en el centro de la garganta, Visuddhi; conciencia como "YO SOY" en el centro de la frente, Ajna; y conciencia como "ESO YO SOY" en el centro de la cabeza, Sahasrara. Existen muchos más centros en el cuerpo humano que estos siete, pero éstos son los más importantes para nosotros.

Los centros son puntos de cruce a lo largo de la columna vertebral que es una columna de luz. En cada punto de cruce otro elemento es regulado. En el centro de la garganta es el Akash, en el centro cardíaco el aire, en el plexo solar el fuego, en el centro sacro al agua y en Muladhara a la materia. De ese modo, los yogis los han percibido a través de años de contemplación. El aire en el centro cardíaco es el poder de pulsación que causa la circulación de la sangre y que suple con oxígeno a todo el cuerpo.

Los tres centros superiores reflejan a los tres inferiores. El corazón es el más central de todos; éste forma el puente entre los centros y su síntesis. Porque el corazón es el asiento del amor, y la Divinidad existe en todos nosotros como puro amor. En el hombre común, quien es egoísta y mundano, los centros superiores al corazón no han despertado todavía. Por medio del despertamiento del alma ellos se desenvuelven de forma natural. Mientras estamos enfocados principalmente en nuestros propios deseos estamos en el plexo solar. Si estamos concientes de las necesidades de los otros y trabajamos para ellos, nos elevamos desde el plexo solar al centro cardíaco. Mientras meditamos recibimos las energías solares desde la fuente de luz, y los lotos se orientan hacia la luz. A través del servicio y de derramar el amor sobre nuestros semejantes transmitimos las energías y por lo tanto los lotos alcanzan su plenitud.

La Puerta hacia lo interno


El centro etérico cardíaco está en el centro del pecho, no del lado izquierdo, donde usted encuentra al corazón físico. Alrededor del centro cardíaco se forma nuestro corazón físico en el útero de la madre. El centro precede a toda la materia física y hace su primera manifestación como un centro de pulsación. Éste aparece en el espacio como un centro de campos electromagnéticos, como un núcleo de un átomo y luego el núcleo de una célula y luego solo como el centro cardíaco de un ser humano.

El centro cardíaco es la entrada entre la existencia interna y externa. Afuera del centro cardíaco existen las coordenadas de tiempo y espacio. Si usted entra a través del punto en el entro cardíaco hacia lo interno, las coordenadas desaparecen. Ahí usted ya no tiene usted más conciencia del tiempo ni conciencia de los eventos externos. Estamos en el espacio interno, que denominamos la columna vertebral. Donde desde la cabeza hasta la base de la espina tenemos los vórtices de energía de los centros y en los que en principio vivimos. Salimos de ellos para estar activos en la objetividad. Pero como constantemente vivimos en el mundo externo, hemos perdido la clave para entrar ahí nuevamente. La mayoría de las personas no saben que existe una columna de conciencia y de que en el punto de la pulsación ellos están en la puerta hacia el espacio interno. Esta puerta hacia lo interno, el sanctum sanctorum, es dorada, puesto que el color del centro cardíaco es dorado.

En Sánscrito al centro cardíaco se le llama Anahata, que significa sin sonido. La señora Blavatsky lo tradujo como la Voz del Silencio. Anahata es el sonido producido "sin el contacto entre dos objetos". En sánscrito a éste se le denomina Pranava, este es el OM. Por lo que dice, "al final del sendero se escucha el OM". Cuando podemos oír el OM en nosotros el que continúa sucediendo en nosotros como un sonido zumbante es que hemos llegado al umbral de la verdad y a través de la puerta podemos entrar profundamente en nosotros. Nos quedamos absortos en ello y perdemos aún la conciencia de que existimos. Eso es existencia pura a la que se le llama en Yoga Samadhi y también Paranirvana. Esto no puede ser observado, puesto que ya no existe quien observe. El alma individual se funde con el alma universal.

Cuando la conciencia regresa y ésta se expresa a través del centro cardíaco, es atraída por el color de los pétalos de la rosa. Entonces somos una rosa en el corazón. Las diferentes escuelas meditan sobre el color de la rosa en el centro cardíaco; entonces ésta se convierte en el verdadero símbolo de los Rosacruces ( el símbolo de la Rosa y la Cruz). Es su trabajo entrar en la experiencia y retornar como una rosa celestial y conducir el trabajo en la tierra.

Entrar en el Corazón

De modo de llegar al centro cardíaco debemos tomar el hilo de la respiración. Con la ayuda de una inhalación lenta y profunda llegamos a la región del corazón. Entonces la exhalación nos avienta fuera. Nuevamente tratamos de interiorizar ahí y nuevamente la exhalación nos avienta. Los pensamientos también siguen viniendo y llevándonos fuera, porque la mente no está habituada a ir al interior. Solamente en forma gradual es que se forma el hábito de entrar a través de la inhalación dentro de la región del corazón y de entrar más profundo y profundo dentro de nuestro ser. Entonces ya desde el primer paso la respiración lleva a la mente al centro cardíaco. También tratando de ubicar el origen del OM en el corazón descubrimos que éste está siendo emitido aún si no lo emitimos nosotros físicamente, es algo que acontece. La emisión de la palabra sagrada manifiesta una nueva dosis de energía eléctrica del espíritu. El Maestro CVV empezó emitiendo la penetrante luz de la energía Uraniana, la estimulación de la energía de Acuario. Cuando invocamos el sonido CVV esta luz brilla hacia el loto del corazón y éste se desenvuelve rápidamente. Ésta es la razón por la que los eventos suceden de forma muy rápida en las vidas personales de esas personas.

En relación con la curación podemos conectar con esta luz en el centro cardíaco: invocando, el Maestro CVV puede ayudar a quitar las perturbaciones en nuestro propio cuerpo y de los que tratamos de ayudar a sanar. Para esto podemos visualizarnos en el corazón como una forma de luz dorada del tamaño de un dedo pulgar. En el silencio del corazón también podemos desarrollar la sensibilidad al plan. Algunos obtienen las impresiones como visiones; otros en forma de sonidos o algunas veces ambas, como visión y sonido. Esta impresión desde los planos sutiles solo es posible si podemos permanecer atentos y orientados hacia el silencio. En este escuchar silencioso, se desarrolla la clariaudiencia etérica.

Nuestro problema es que estamos constantemente activos, pero solo cuando la mente viene a descansar en el centro cardíaco suceden las transformaciones. Permanecemos ahí y esperamos. Nos ofrecemos nosotros mismos y entonces el resto es esperar y permitir que suceda.

Centro Cardíaco inferior y Superior

La presentación artística del centro cardíaco es de un loto de doce pétalos, pero los pétalos son formaciones circulares entrelazadas. El Loto cardíaco tiene cuatro capas de tres pétalos cada una. La capa más externa está conectada al plano físico, la que sigue con el plano emocional, la siguiente con el plano mental. La cuarta capa es el plano de Luz, Amor y Poder en el centro de la cual existe la apertura. El sonido semilla en el centro es KAM. Por la noche cuando nos metemos a la cama y comenzamos a dormir podemos identificarnos con nuestra respiración y por tanto entrar en el centro cardíaco. Pensamos en la gema en el centro cardíaco, la apertura central, y a través de ésta entramos en el sistema cerebroespinal. Esta debe ser una imaginación continua. Aún si nos dormimos de forma inconsciente somos guiados al centro cardíaco, por eso nos despertamos nuevamente frescos por la mañana.

Durante las horas de sueño o también durante la meditación podemos experimentar mucha luz dorada y ver seres de tono dorado- ángeles, maestros y otros nobles seres. Microcosmicamente existen también ashrams de la Jerarquía en nuestro centro cardíaco, y la Jerarquía es el centro cardíaco del planeta. Macrocosmicamente la energía del amor llega desde Sirio, y ésta solo puede ser recibida en el centro cardíaco. Leo rige la naturaleza amorosa y rige sobre el corazón. La energía del amor forma un eje con Acuario mientras la distribuimos a las personas.

Sobre el centro cardíaco, entre el corazón y la garganta, existe el centro cardíaco superior, Swastana, el asiento original del alma. Este loto de ocho pétalos no es revelado en los libros de yoga, pero los iniciados lo conocen. Mientras que al Señor dentro del loto de doce pétalos se le llama Vasudeva, el morador, al Señor del loto de ocho pétalos se lo llama Narayana. Él preside sobre la rueda de la creación, sobre los procesos evolutivos e involutivos. A través del mantram de ocho sílabas, "OM Namo Narayanaya" nos unimos a este centro dentro del cual el alma se retira en Samadhi.

Fuentes: K.P. Kumar

Namaskar
Galatha Shendrix

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