Centro Holística Hayden

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11 de junio de 2013

Los Kumaras 1 - Los Señores de la Llama

Géminis es un signo mutable de aire. Es un signo mental ágil que nos hace entender los extremos y los conecta en una forma superior. Géminis es el signo de Mercurio, el mensajero de los Dioses, cuyos mensajes podemos recibir como ideas. De esta forma, Géminis es el momento adecuado para participar en la recepción de aquello que Sanar Kumara recibe durante la luna llena de Aries y que pasa a la Jerarquía en Tauro. Géminis representa la mente, que los Kumara han otorgado al hombre y a la que continúan estimulando en aras a un desarrollo superior. Uno de los Kumaras es Narada que está trabajando a través del planeta Mercurio. Por este motivo el asunto de este mes es "Perspectivas de Sabiduría: Los Kumaras 1 - Los Señores de la Llama."


Los Rebeldes Cósmicos

Desde la antigüedad los sabios han aconsejado a sus alumnos a conocerse y a preguntarse "¿quién soy?" La auto-observación es posible para nosotros porque somos seres autoconscientes. Sabemos que existimos y nos podemos reflexionar acerca de nuestra vida. La autoconciencia nos diferencia de los animales. Los animales están en un estado de ensueño. Algunas especies animales que viven en contacto más cercano con los seres humanos también pueden desarrollar la mente. En los minerales, las plantas y la mayoría de los animales, sin embargo, la mente, llamada Manas en sánscrito, no se ha despertado aún. A través del despertar de Manas, el hombre ha pasado de ser guiado por el instinto a ser un individuo. Lentamente se desarrolla de un individuo a una personalidad y desde allí a la conciencia del alma.


El desarrollo del centro de su ser sucede a través de la presencia de seres superiores que dieron al hombre el fuego de la mente. Desde mucho tiempo atrás envían sus rayos de luz para que la flor de la conciencia humana se desarrolle. Esta flor también se llama loto egoico, el loto de nuestra alma.

Hay diversas leyendas y narraciones alegóricas que explican el despertar de la mente. La historia de los ángeles caídos contiene, en su significado esotérico, la clave de los secretos de la conciencia humana de la misma manera que las alegorías orientales de los Kumaras o Agnishvattas, los Ángeles Solares. Depende de nuestro entendimiento sutil hasta qué punto las enseñanzas se nos revelan. Así, la leyenda griega de Prometeo, que trajo al hombre el fuego de los Dioses, se asemeja a la historia del despertar de la autoconciencia a través de los Kumaras que queremos estudiar aquí.

Hay cuatro Kumaras que nacieron del Creador al principio de la creación. Un quinto Kumara, Narada, se les unió más tarde como el maestro de los seres. Los Kumaras se llaman Hijos de la Mente, del principio de la mente creativa. Ya habían sido seres perfectos en la creación anterior. Los Kumaras vinieron al principio de esta creación, no para aprender algo más, sino para ayudar, especialmente a los seres humanos. Son seres puros que están representados simbólicamente como niños de cinco años o como eternos jóvenes de 16 años. Los Puranas describen que Brahma, el creador, los exhortó a co-crear con él. Pero ellos se negaron, porque sabían que tenían otra tarea. Brahma se enojó y los maldijo a descender a la tierra. Debido a su desobediencia se les llama también los rebeldes cósmicos.

Su desobediencia tenía un propósito que Brahma no sabía. Ellos dijeron: "las formas en que debemos circular no son todavía aptas para nosotros." Se negaron a dejar que su fuego fluyera hacia abajo y a estimular a los seres con fines de procreación. Por tanto, se llaman también Agnishvattas, quienes han apagado el fuego procreador. Sus llamas se dirigen siempre hacia arriba, al origen. Así, se describen también como jóvenes inocentes porque ninguna impresión se adhiere a sus mentes puras y vírgenes. Aunque eran seres perfectos de los mundos más sublimes, no rehusaron descender en la materia densa, porque esto es precisamente lo que querían.


El Despertar de la Mente

Así hace 18 millones años, estos seres celestiales vinieron a la tierra, en la segunda mitad de la tercera raza raíz. Querían ayudar a las mónadas humanas para hacerse conscientes de sí mismas para desarrollar la mente y así ascender lentamente. Hasta entonces las mónadas humanas estaban en un estado medio consciente. No había ninguna conexión entre el alma (Atma-Buddhi) y la envoltura material. Los hombres animales no tenían aún autoconciencia porque Manas, el principio de la mente, aún no había despertado. Una parte de las jerarquías creativas consideraba peligroso darle el poder de la mente a las mónadas humanas; lo consideraban tan peligroso como darle un cuchillo afilado a un niño. Los rebeldes, sin embargo, querían permitir que el hombre-animal tuviera experiencias y que aprendiera lentamente a través de la autoconciencia. Con su luz, despertaron la luz del YO SOY en las células del cerebro del hombre subdesarrollado. Sin este impulso de los Señores de la Llama, los hombres animales no habrían despertado. Así, nos hemos transformado en lo que somos a través de los Kumaras; eso es, humanos pensantes, conscientes de nosotros mismos. Nuestra conciencia YO SOY está basada en la presencia del ángel solar, una chispa de la luz de los Dioses.

Con el despertar de Manas hemos ganado el libre albedrío que podemos utilizar para bien o para mal. Los Kumaras quisieron darnos la posibilidad de desarrollarnos conscientemente hacia la Luz, pero sólo pocas personas siguieron el camino de la Luz, la mayoría utilizó las capacidades de Manas para obtener poder y realizar metas mundanas. En esta orientación existe una clave para el origen del mal. La maldad genuina, sin embargo, es una parte muy pequeña; la mayoría de aquéllos a quienes consideramos malvados son sólo ignorantes.

En el Génesis se dice que los seres humanos se vieron tentados por la serpiente - un símbolo de los Señores de la Llama. Comieron la manzana del conocimiento del bien y del mal y entonces vieron que estaban desnudos. La vergüenza surgió porque las mónadas habían descendido de su estado de conciencia y habían recibido capas de la piel; es decir desarrollaron cuerpos físicos densos de carne y hueso. La conexión con el mundo espiritual oscureció y los seres humanos crearon consecuencias a través de sus acciones ignorantes que crearon conflictos y sufrimiento y los atraparon en la materia. Estas experiencias han hecho que los seres humanos aprendan y así han acelerado enormemente el desarrollo.


La Luz de la Presencia

Los Kumaras están en el planeta para ayudarnos. Sin embargo, ellos no interfieren en nuestras vidas ni nos dicen lo que debemos hacer o no. Existe una ley eterna según la cual no puede ocurrir un desarrollo a través del apoyo externo si no hay ningún impulso que venga de adentro. Los Kumaras nos dan continuamente la Luz de su presencia que experimentamos como la Luz de nuestra alma. La Luz por sí misma no interfiere pero nos ayuda a ver las cosas con mayor claridad. Su presencia magnetiza y hace que las cosas caigan en un orden superior. De esta manera los Kumaras nos ayudan a organizar nuestros patrones de pensamiento para gestionar mejor la vida y alinearnos más con la Luz para que su influencia pueda aumentar.

La Luz de los Kumaras está especialmente disponible durante el tiempo del amanecer, cuando la oscuridad se transforma en luz. Una vez al mes nos visitan en una medida mayor, durante las 24 horas inmediatamente siguientes al punto de la luna nueva. También está la visita anual durante el amanecer del año en el mes de Capricornio, que también se llama el mes de los Kumaras. Si utilizamos el amanecer para alinearnos con el alma, el ángel solar en nosotros, podemos absorber gran parte de la Luz de los Kumaras.


Los Cinco Kumaras

Los Kumaras son los líderes de la Jerarquía espiritual en todos los planos de la creación, están incluso más allá de ella. Por tanto son los más antiguos y los más altos en la Jerarquía. Los nombres recibidos para ellos son Sanaka, Sanandana, Sanat Kumara y Sanat Sujata.

El primer Kumara, Sanaka, forma el paso del plano supra cósmico al plano cósmico. En su aspecto trascendente también se llama Sanatana, la existencia pura o la Luz eterna; en su aspecto de este mundo es el Kumara del plano cósmico. Su asiento en nosotros está en el centro de Sahasrara; él corresponde al estado sin conciencia en el que estamos durante el sueño.

El segundo Kumara, Sanandana, corresponde al plano solar y la conciencia pura, Atma. Su asiento en nosotros está en el centro Ajna. Su nombre significa felicidad profunda.

El Kumara mejor conocido por nosotros es Sanat Kumara. Él es el Señor o Logos de nuestro planeta y corresponde al plano búdico de ideas y de la mente en el centro del corazón lleno de amor. Es considerado el Maestro de los maestros y el Regente de todos los gobernantes del planeta.

El cuarto Kumara es Sanat Sujata; él corresponde a la mente superior, Chitta. Él es la contraparte inferior de Sanat Kumara; en nosotros rige el plexo solar y la parte inferior del cuerpo, y está activo para la humanidad.

Normalmente los cuatro Kumaras son totalmente silenciosos, sólo el tercero y el cuarto han enseñado a personas en momentos especiales. Así Sanat Kumara dio las enseñanzas relacionadas con el camino del discipulado al emperador Pruthu. Hace 5000 años, Sanat Sujata colaboró en la preparación de la venida de Krishna e impartió los secretos de la muerte y la inmortalidad al Rey Ciego. Él dijo, "La muerte es sólo una brecha en la conciencia". En aquel momento Sanat Kumara nació como el hijo de Krishna, como Pradhyumna.

Según otro sistema, Sanat Kumara es el cuarto de los Kumaras y rige sobre el plano de la acción, mientras que el tercero rige la mente. El quinto Kumara, Narada, es el profesor más alto y el mensajero que se mueve con facilidad a través de todos los siete planos de la creación. Es la inteligencia que permite comparar cosas, y por tanto también es llamado el portador de conflicto. Su bendición nos confiere la ardiente voluntad de querer conocer. La protección y el fuego de los Kumaras nos conducen con seguridad y nada ocurre al azar.

Fuentes: K.P. Kumar: Las Enseñanzas de Sanat Kumara 


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