LA VISION GRUPAL NOS HACE PODEROSOS

Mes de Piscis 2015

 La trama de la vida es un entretejido en el cual todo está conectado. La única herejía, como decía la Señora Blavatsky, es la separación, simplemente porque no existe. No hay nada separado en el Universo. La separación existe sólo en la percepción tridimensional de la realidad. Los humanos, a través de nuestra conciencia cerebral, percibimos el espacio como tridimensional, el tiempo como una progresión lineal (pasado-presente-futuro) y nuestra experiencia como la realidad. Y cuando nos preguntamos si hay algo más allá, cuando buscamos la trascendencia, estos supuestos se convierten en obstáculos que debemos saltar, cosa que se nos hace muy difícil porque toda nuestra vida está sostenida por esta percepción que la física cuántica ha hecho tambalear. 

Los físicos cuánticos nos dicen que el quantum no existe en tiempo y espacio, y tampoco ocupa posiciones tridimensionales. De hecho, el tiempo y el espacio son creados por la interacción del quantum, algo que se ha confirmado experimentalmente.  Para los que quieran investigar se llama la ecuación Wheeler-De Witt. La realidad tridimensional en la que vivimos no es tan absoluta como aparenta y depende mucho del proceso de creación del ser humano y su conciencia superior que habita la realidad cuántica. Las reglas del juego de la vida material no son tan rígidas y la visión que tengamos de nuestra vida depende de si la observamos desde lo tridimensional o si la podemos ver desde nuestra conciencia cuántica. La meditación y todas las técnicas espirituales de trascendencia tienen como objetivo percibir la trama de la vida.

Reflexionando me di cuenta que para captar la trama de la vida, esa unicidad esencial, es mejor empezar captando unidades más pequeñas. Una herramienta poderosa es el desarrollo de lo que el Maestro D.K. llamó la conciencia grupal. Contrario a lo que muchos creen no se trata de juntarse con los compañeros y hacer cosas juntos sino de percibir internamente esa red que nos une y vernos y percibirnos en esa unidad menor que forma parte de la red o trama de la vida.

Es más fácil percibir la red cuando, como grupo, tenemos un objetivo en común. Y todos los que de alguna forma buscamos el mundo espiritual lo tenemos. Todos queremos crear un mundo de valores en donde el reconocimiento de la vida espiritual es fundamental para llegar a tener una sociedad de justicia social y fraternidad. En idioma cristiano diríamos: "Hacer que el cielo descienda a la Tierra". O como dice la oración dominical ... Venga a nosotros Tu Reino y hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo... El Maestro Jesus nos enseñó a orar para transformar la Tierra, no para abandonarla e irnos al Cielo. Y sabia que lo podíamos hacer porque conocía la "Realidad Verdadera más allá de este mundo" y las posibilidades del alma humana y su naturaleza cuántica.

A veces sorprende ver como las fuerzas del mal se organizan tan bien mientras los seres de buena voluntad, que somos mas numéricamente, permanecemos separados, cada uno en su creencia, en su religión, en su filosofía. Tenemos que reconocernos y juntarnos. Por eso, en cada meditación que realices, en cada oración, siente que eres uno con ellos, reconoce que como tú, tienen el mismo objetivo y trabajan para la misma meta, aunque le llamen a Dios de distinta manera y sus rituales sean diferentes. Eso no importa. Una de las bellezas de este mundo material es la diversidad, celebrémosla en vez de condenarla. La visión grupal nos hace poderosos porque nos conecta con esa realidad superior desde donde podemos transformar el mundo.

Si perteneces a una organización que sostiene una forma especial de acercamiento a la divinidad, piensa en ellos cada vez que te reúnas con tu grupo y haz la conexión conscientemente. Si es un templo, menciona a los otros templos que pertenecen a tu organización y haz la conexión. La visión grupal nos hace poderosos porque nos acerca más a la realidad cuántica del alma y su poder creador y así, poco a poco, se va borrando el espejismo de la separación. No puedes borrar este espejismo de tu conciencia si primero no empiezas por los que están cerca a ti. 

Si tomamos nuestra naturaleza cuántica como nuestro punto de referencia todo cambia. Veremos que la realidad es un proceso creativo no una progresión mecánica y lineal. Y entonces podemos hacer "milagros" porque encontraremos en nosotros esa fe que, aunque sea del tamaño de un grano de mostaza, mueve montañas. Porque la fe no es una creencia del intelecto ni un sentimiento; es la fuerza  del Alma que vive más allá de la realidad tridimensional, más allá del tiempo y del espacio y cuando penetra a este mundo de realidades tridimensionales tiene el poder de crear.

Vive reconociendo esta profunda verdad. No te sientas separado. Penetra en lo más profundo de tu ser y fluye en esas corrientes cuánticas que te unen con todo lo que existe. Imagina que viajas por el espacio en tu conciencia no local y siente que eres un principio pulsante en la trama de la vida. Así, poco a poco, irás penetrando en la síntesis de la vida, inmortal, eterna.

Es mi deseo sincero para ti. Desde las profundidades del alma, 
Carmen Santiag