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19 de agosto de 2015

ORACIÓN PARA EL MUNDO

La observación pautada y reflexiva de la oración que nos dio nuestro hermano y maestro Jesús, mi amado, es más revolucionaria de lo que aparenta. El PADRE NUESTRO siempre ha sido la oración por excelencia que ha sostenido las almas de los hombres y mujeres del mundo durante sus padecimientos y aprendizaje, sus muertes y renacimientos.
Más allá de recitarla mecánicamente, hoy tendríamos que saber lo que estamos pidiendo, invocando o vibrando cada vez que la emitimos. Lo más innovador, ya en la época de su canalización, es que esta oración está concebida para cualquier Ser Humano, para gente de todas las religiones y creencias, pues para mi amado, todo Ser es merecedor del reino de Dios, y todos y cada uno somos parte de Él; por esa razón, tampoco hoy tendríamos que asociarla tan solo al cristianismo.


Esta gran oración es una práctica no confesional para acercarnos a la fuente de Origen, para sintonizar con las fuerzas creadoras del universo de Amor que nos sostienen. No subestimemos sus efectos benéficos, terapéuticos, e impulsadores de nuestra evolución; más bien recordemos su significado y sintamos su poder; pero por encima de todo, recuperemos la práctica diaria de esta oración, haciéndola hoy con mayor conciencia. Es mi humilde voluntad ayudaros hoy a comprenderla con más precisión y amplitud.

PADRE NUESTRO
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
SEA SANTIFICADO TU NOMBRE
VENGA A NOSOTROS SU REINO
HÁGASE TU VOLUNTAD
AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLO HOY,
PERDONA NUESTRAS OFENSAS O DEUDAS
ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION
Y LIBRANOS DEL MAL

La oración o llave que nos dio nuestro hermano Jesús, comienza con la frase PADRE NUESTRO, lo cual nos habla ya de una filiación y procedencia; de nuestro origen común, el de todos los hombres y mujeres, y tal vez el de la filiación de todos los seres vivos. ‘Padre nuestro’ también es un vocablo que tiene una connotación protectora, como si nos hablara de un guía, una pauta, o de un modelo a seguir, como cualquier padre, pero no desde el punto de vista punitivo, de castigo o de premio, sino benevolente o simplemente progenitor y origen de toda la existencia. También denota un ‘arquetipo’ de nosotros mismos, nos dice que podríamos ser y vibrar como Él, tan solo como Amor.
Pero lo que nos recuerda claramente es que somos sus hijos, su descendencia, es decir, su continuidad. De todas maneras, la filiación jamás existe en base a una sola polaridad, por tanto, esa palabra ‘padre’ hoy debería entenderse de una forma más andrógina y completa, es decir: PADRE-MADRE NUESTRO…

Sigue la frase QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, es decir: Tú que habitas en el cosmos, en el universo, tú que estás en todo y todos. El verbo estar siempre denota espacio, un lugar, una dirección de procedencia, un hábitat. Es como si dijera: tú padre-madre, que estás en todas partes y todo lo habitas… En otros contextos eso denota ‘omnipresencia’. Mires donde mires, allá está Dios, ese origen, esa filiación o guía que nos llena por completo.

Que SEA SANTIFICADO TU NOMBRE nos sugiere que nosotros podamos ver y recordar su bondad y su amor incondicional, su energía de santidad, belleza y generosidad. Santificar es bautizar, bendecir o reconocer a alguien como altamente bueno, sabio y amoroso. Es una frase que nos recuerda que, cada vez que lo nombremos (ya sea invocado como Padre o como Dios), llegue o ‘vibre’ en nosotros su propia fuerza bondadosa. Insinúa e invita a que, con tan solo nombrarlo o invocarlo, ya nos impregnemos de su energía positiva, santificada, bendecida. Nos anima a asociar siempre su naturaleza divina al amor y a la bondad, de forma inequívoca, sin duda ni sospecha, sin condiciones. Nos habla de no dudar de su voluntad de amarnos más allá de lo que hagamos. Santificado sea tu nombre nos recuerda en definitiva que, la fuerza santa del Amor, está siempre asociada a ese Padre-Madre, divinidad u origen de todo ser vivo.

VENGA A NOSOTROS TU REINO es uno de los mensajes más interesantes de esta gran oración pues le pide a ese Origen que se integre o baje hasta nuestras realidades cotidianas. Es una afirmación para decretar que la fuerza divina y pura llegue hasta la densidad, la pesadez o la oscuridad. Es decir, que el reino del Cielo baje a la Tierra, que lo divino impregne lo humano, que lo amoroso y bondadoso venga hasta el reino de la materia. Invoca que las leyes del Reino del Amor lleguen y vibren en nuestras almas encarnadas temporalmente, que bajen al plano de los hombres que aún desconocen esas leyes del Amor puro sin condiciones.

HÁGASE TU VOLUNTAD se refiere a su potencial creador. Nos insinúa que, cree lo que cree Dios, esa creación o voluntad suya siempre será más perfecta que todo lo que sus hijos creemos o inventemos. Por tanto nos habla de aceptación, de humildad y de entrega. Nos ayuda a reconocer que la sabiduría creadora de ese padre-madre nuestro, siempre será mejor o más sutil, y por tanto le pedimos que su voluntad predomine por encima de nuestras pequeñas voluntades. Son unas poderosas palabras que denotan rendición por nuestra parte, humildad, aceptación de su perfección, de su omnipresencia, de su bondad, de su impecable amorosidad y sabiduría; nos pide que nos rindamos ante su superioridad creativa y su visión evolutiva, aunque no corresponda a nuestros pequeños deseos.

AQUÍ EN LA TIERRA COMO SE HACE EN EL CIELO nos dice que… lo que Tú has creado en el cielo, Padre, sea lo mismo para nosotros, es decir, que llegue hasta nuestra dimensión. Nos recuerda que hay unas leyes universales comunes en todas las galaxias, y que todo lo que ocurre en el universo del amor, puede ocurrir y vibrar también para todos nosotros aquí y ahora. Que no seamos los hombres encarnados los que queramos modificar SU voluntad, pues las leyes universales son una creación compleja y perfecta, que nosotros tendríamos que reconocer como tal; esa es la sugerencia. En realidad, esta frase y la anterior es una oración conjunta de rendición ante la fuerza primigenia, y de total reconocimiento de nuestras limitaciones durante la encarnación.

La frase EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLO HOY, nos habla de supervivencia y de prosperidad. Se refiere a confiar en la providencia, a confiar en que ese Padre nos ‘proveerá’ exactamente de lo que necesitemos. Es como si, graciosamente, le recordáramos a Dios que ‘no se olvide’ de que aquí en la Tierra a menudo hay cierta escasez de medios que no hay en el cielo, así que le pedimos pan, sustento. Pero nuestro hermano Jesús nos dijo que se lo pidiéramos, no para acumular y poseer bienes, sino nada más y nada menos que para poder realizarnos, para que nuestra existencia esté sustentada y podamos así seguir evolucionando.
Pero no nos hablaba exactamente de abundancia… se refería a la fuerza de la providencia, a que ‘confiemos’ en el sustento diario. El alimento no puede ser solo producto de nuestro esfuerzo sino que es algo que viene de otros planos, pues el trabajo, los medios y las circunstancias ‘también’ los pone el universo en formas de sincronía, pues forman parte de la creación y de la voluntad del Origen. También esta estrofa de la oración nos recuerda que no estamos solos, y que el Padre conoce nuestras necesidades.

En la siguiente oración, PERDONA NUESTRAS OFENSAS o DEUDAS,
Jesús nos sugiere pedirle perdón al Origen por no actuar con suficiente amor.
Quien ofende, o quien toma algo del otro sin agradecerlo o darle amor a cambio, transgrede las leyes de la armonía del Universo. Es una frase que nos recuerda nuestra ignorancia y olvido de ese Origen sabio, amoroso y equilibrado de la existencia. Cuando no sabemos respetar al hermano, es que no vemos a Dios en él; significa que lo juzgamos como inferior, que lo ‘utilizamos’ (deudas…) o no lo respetamos como a otro hijo o hija del mismo padre.
En algunos contextos, en lugar de deudas u ofensas, se ha empleado la palabra ‘pecado’. Pedir perdón por nuestros pecados o errores es admitir que no estamos en sintonía con las leyes universales, admitir nuestra ignorancia de principiante, o que no comprendemos aún la fuerza creadora, sanadora y generativa del Amor. Es un fragmento directamente relacionado al proceso de evolución de nuestra conciencia.

ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES, junto con la frase anterior, se refiere directamente a la ley universal de causa-efecto, a la rueda del karma. Nos insta a perdonar al hermano, sea lo que sea lo que haya hecho. Pero si juntamos las dos frases, veremos que se nos convoca a decir: pido perdón en proporción al perdón que yo sea capaz de dar. Es decir, que la ley del karma o del equilibrio actúe en mi, y que la cantidad de ofensas u agravios recibidos esté en proporción a la cantidad de ofensa que yo haya emitido hasta hoy.
Esta parte de la gran oración invoca la fuerza de la justicia y del equilibrio,  necesarios para que el sufrimiento humano se comprenda como una falta de responsabilidad, no como un castigo procedente de afuera. Somos responsables de nuestro destino. Según hagas, así recibirás. Los frutos proceden de lo que plantamos. Según sea yo capaz de perdonar los errores de los demás, así seré yo perdonado de mis errores. Se nos pide responsabilizarnos de nuestra ignorancia, y comprender la de nuestros hermanos, porque todos somos ‘creadores’ de nuestros actos. Y todo acto tiene una consecuencia, un efecto.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION es una sentencia que se refiere al libre albedrío, a la libertad de elegir… o bien desde nuestro ego, o bien desde nuestra alma genuina. Las tentaciones, más allá de las connotaciones moralistas, son las ‘distracciones’ de nuestro verdadero camino, de nuestro propósito evolutivo, de nuestra misión. Una tentación es confundir lo evolutivo con lo involutivo, es confundir la verdadera luz de la falsa luz, es no entender bien el Amor. Es no saber distinguir o percibir la oscuridad o toxicidad que se esconde detrás de algo que nos tienta como bueno, placentero o cómodo. Es una gran llamada a la sensibilidad, al discernimiento, a la sensatez, a la coherencia espiritual.

Finalmente, LIBRANOS DEL MAL es una continuidad de la frase anterior, y tendría una explicación casi igual en su contenido. Pero en el fondo nos muestra algo que a todo humano le cuesta comprender: que la fuerza del Origen, una vez ‘manifestada’ en el plano de la Tierra, también conlleva la oscuridad. Nos habla del mundo de la dualidad, de la polaridad de fuerzas que, contiene en sí misma la Unidad o divinidad manifestada. Nos recuerda que no tendríamos que subestimar el mal, ni ser ingenuos; y nos ayuda a tener en cuenta que lo oscuro ‘existe’ en nuestro interior y en la encarnación, así como en nuestro ego y nuestro cuerpo, que siempre conviven con nuestra alma o espíritu encarnado.
La petición es claramente para evitar que ese ‘mal’ nos aleje de la fuerza del amor, la paz y la unidad del Origen. Pedir al Padre que nos libre del mal es decirle una vez más que nos libere de las tentaciones, aunque al mismo tiempo, nos dice que existe una polaridad oscura de la luz, como existe la noche o el invierno, por tanto, esa oscuridad nos puede ayudar a entender y aceptar esas leyes del plano dual manifestado, de la evolución o crecimiento, que siempre co-existen junto a las leyes universales del Amor. Dios es el sabio creador tanto de la luz como de la oscuridad, y todo tiene una razón de existir para la evolución del mundo.

Celebrando hoy la fuerza del Amor, podemos sentir las mismas palabras y mensajes de Jesús, de este sencillo modo:

PADRE NUESTRO,
Origen de mi existencia,
Tú que todo lo impregnas,
Te santifico y honro cuando pienso en Ti
Te invito a que tu gran visión y tu realidad,
Sea también mi realidad aquí y ahora.
Te pido y acepto que tu voluntad y capacidad creadora,
Se realice por encima de mis deseos humanos
Te agradezco el sustento que me das.
Te pido perdón por mi ignorancia
Y mi desamor hacia todos tus hijos.
Ayúdame a no crear causas de sufrimiento
Ni en mí ni en los demás.
Te pido y agradezco tu protección
Y libérame de todo lo que no sea Amor


© Marta Povo

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