Centro Holística Hayden

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5 de noviembre de 2016

Mercurio en Escorpio. ¡Muérdete la lengua!

Publicado por ELARCADEASTROTRINA 

Mercurio llegó a Escorpio el Lunes 24 de Octubre 2016,  a las 20:46 UT, éste es un signo intenso con una energía emocional única en todo el zodíaco.

Es probable que con el Sol y Mercurio en Escorpio, nos sintamos muy aludidos y resentidos,  y que nadie  piense en  morderse  la lengua para soltar espinas.  La palabra “resentimiento” proviene del latín resentire que significa “volver a sentir”. Al analizar esta experiencia desde una perspectiva diferente, más sanadora y liberadora, descubrirás que es posible que la única persona que esté sufriendo repetidamente a raíz de este recuerdo seas tú.

En Venezuela es común un lenguaje cargado de agresividad, si algo debería auto censurarse en un país son los insultos. Desde el motorizado que pasa, a velocidades imprudentes, golpeando tu carro con total impunidad, hasta el Presidente de la República.

¿Cómo puedes hacer frente a quien pretende imponer su verdad por encima de la tuya de forma amenazante? Son preguntas para detenernos un momento y reobservar el espacio relacional en el que nos encontramos como individuos y también como miembros de la sociedad que convivimos y algunos deseamos mejorar.

Llamar “escuálidos” o “masburro” , nos guste o no, cualquiera de estas etiquetas tienen la misma emoción de fondo: el resentimiento o la rabia. A los venezolanos; en nuestra venezolanidad nos gusta llamarla “arrechera”, en Argentina por ejemplo se le llama “bronca”. Y como desde el paradigma del  coach ontológico, juzgamos que el lenguaje no es inocente, pues sí, desde nuestra mirada tu insulto habla más de ti que de mí.

Si volvemos a mirar, la palabra “resentimiento” tiene que ver con el volver a sentir. Una y otra vez volver a vivir, aquello que juzgamos nos hizo daño o nos afectó en nuestro sentir más profundo. Es entonces cuando haciendo este ejercicio de reflexión, pienso que el motorizado que golpea mi carro y me insulta,  lo que evidencia es su resentimiento social, su necesidad de que reconozcamos que existe. Cuando observo a personas con cargos públicos relevantes en un país llamar a otras con calificativos peyorativas, lo que escucho es su rabia, su necesidad de legitimación y una predisposición muy alejada del querer unir a una sociedad polarizada.

Así que te desafío a entrenarte en ese “darse cuenta”, que no es más que mirar dentro de ti con honestidad y, observar allí donde tengas un añejado resentimiento, al hacerlo, entonces estoy segura que podrás comenzar a vaciar ese peso en tu pecho, perdona todo lo que ahora pertenece al pasado y que hoy simplemente ya no sirve más. Quizá en poco en tiempo volverás a tu paz interior, el camino será mas ligero y así, tal vez, en nuestra sociedad cesen los insultos o al menos sabremos a qué se deben sin caer en este juego que nos mantiene enganchados.

Recuerda que a veces las palabras no se las lleva el viento. Las frases que difaman e insultan no son fáciles de olvidar, quedan como un eco vibrando en la cabeza de quién las sufre, y bajan la rata vibratoria de quien las genera.

En tiempos de Mercurio en Escorpio, es fácil  hacernos de lengua fácil. Insultar, degradar y descalificar al otro se hace parte del discurso cotidiano. Estos pecados de la lengua son, sin duda alguna el más fértil abono para la intolerancia entre los ciudadanos.

Recientemente el papa Francisco advirtió sobre los peligros de la lengua:  “El chisme es maltratarse el uno al otro… Como si se quisiera disminuir al  otro… en lugar de crecer yo, hago que el otro sea aplanado”.

La tolerancia es un valor necesario para la convivencia y está a su vez, es condición para la seguridad ciudadana, por tanto, se deduce que sin tolerancia sencillamente no habrá seguridad.

Ante esta realidad, me resulta triste y vergonzoso escuchar desde el poder discursos que son a la vez, dardos enardecidos de odio hacia el adversario y retórica que pretende convencernos que transitamos la senda del progreso. Considera con sumo detalle que es incompatible hablar de seguridad cuando se descalifica. No se puede pedir respeto a las normas cuando se diseñan partiendo de la premisa que todos somos unos violadores potenciales de la ley, al alterar la paz ciudadana con el ruido lamentable y cotidiano de la difamación y la agresión verbal.

El día que los liderazgos comiencen a acercarse en un terreno común de entendimiento y aprendan a controlar las tentaciones de la lengua, veremos entonces verdaderas intenciones para resolver el sistema de insultos que nos agobia. Esperemos que estos tránsitos planetarios de Mercurio no excedan las heridas de los lastimados oídos ciudadanos.

Cuida tus palabras…


Imagen: Fotografía del Papa Francisco.

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