Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

Master Reiki Usui - Master Reiki Karuna - Master Reiki Egipcio Seichim - Terapeuta Holística - Facilitadora espiritual - Numeróloga Evolutiva Humanista.

A través de estas herramientas te encuentras con tu verdadero Ser...aqui estamos....esperando darte la mano.........

6 de mayo de 2017

¿SERA QUE NOS FALTA DISCERNIMIENTO?

Todos somos autoconscientes. Decimos: yo soy, y sabemos que existimos. Sin embargo, el discernimiento, que es la flor de la autoconciencia, no es tan fácil de encontrar. El discernimiento nos permite diferenciar lo verdadero de lo falso, lo esencial de lo no esencial y nos protege de ser manejados y reglamentados por mentes poderosas. Nos permite tener criterio propio y ser libres en nuestro pensar.

Según el Maestro D.K. las tres etapas del proceso de desenvolvimiento de la conciencia humana son:

La Conciencia de la Personalidad. Es la primera en manifestarse. Nos amamos.

La Conciencia Grupal. Es la segunda en manifestarse; es la conciencia del alma. Amamos a los demás.
 
La Conciencia Divina. Es la tercera en manifestarse, es la conciencia del Espíritu. Lo amamos todo, amamos a Dios.

Para poder desarrollar la conciencia grupal tenemos que desarrollar la personal y su correspondiente discernimiento.

Hoy en día encontramos una tendencia muy peligrosa que trata de anular el poder de discernir de los ciudadanos. Basta ver por la televisión y las redes cómo se aplauden los falsos valores y se logra, a través de la repetición y de una cantidad de técnicas de manejo de la psiquis humana,  que la gente acepte algo tan carente de lógica como por ejemplo: que la felicidad se puede comprar; que se vive mejor con Coca Cola; que uno es lo que tiene y no lo que es; que el amor es sexo, y que podemos solucionar los conflictos humanos matándonos los unos a los otros...

Sí, la falta de discernimiento es el problema más urgente a superar porque nuestras democracias han caído en la trampa de aquello que combatieron como el peor de los males del comunismo, el adoctrinamiento de sus ciudadanos.

La pregunta que nos tenemos que hacer es ¿tengo opinión propia o mi opinión está formada en los laboratorios de control mental y las empresas de comunicación? ¿Hasta que punto se está manejando el miedo para que los humanos aplaudan lo que en un momento de serenidad condenarían? ¿Cuáles son los verdaderos valores humanos y cuáles son los inventados por una maquinaria que nos convierte en consumidores? ¿Cuáles son las verdaderas necesidades humanas?

Tenemos que pensar, reflexionar, darnos cuenta...   En el jardín de la autoconciencia tiene que crecer su más bella flor: “el discernimiento”, de manera que podamos descubrirnos como humanos porque la conciencia verdaderamente humana es la conciencia del  alma. Allí encontraremos el significado de la existencia que está perdida entre tanta acumulación de cosas innecesarias.  

La conciencia del alma es la conciencia del “nosotros”. Su amor es impersonal, estable, sin egoísmos. Es el amor que el Cristo nos enseñó y que nos cuesta aprender. Es el paso inmediato que, como humanidad, tenemos que dar. En la conciencia grupal aflora el amor. La paz es la consecuencia de amar al prójimo sobre todas las cosas y no de ganar una guerra.

En el desarrollo de la autoconciencia aprendimos a amarnos a nosotros mismos, ahora toca amar a los demás.

Los tiempos nos piden con urgencia el desarrollo de la conciencia colectiva. Y es tan dramática su petición que nuestra propia supervivencia como especie, depende de este desarrollo. Nos hemos convertido en niños muy peligrosos con juguetes que tienen la capacidad de volarnos en mil pedazos y dañar el único ecosistema que tenemos para vivir, la Tierra.

Mientras tengamos guerras estamos declarando nuestra falta de humanidad.  

Convertirnos en seres humanos, ése es el reto. Y para ello es necesario desarrollar el discernimiento para poder pasar del yo al nosotros; de la competencia a la cooperación; del yo gano y tu pierdes, a los dos ganamos; de la supervivencia del más apto, al más apto cuidando al menos apto. De manera que todos podamos tener acceso a la educación, la salud, la vivienda, la comida y el desarrollo espiritual.

Que tu bienestar y tu modo de vida no dependa del hambre de otros.

Hagamos florecer el discernimiento y descubramos juntos la gloria de vivir en la conciencia del alma.

Es mi deseo sincero para ti.

Carmen Santiago – 

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